En enero de 1990, la población armenia de la República Socialista Soviética de Azerbaiyán sufrió el pogromo de Bakú, un trágico evento que marcó un punto de inflexión en la historia.
Antecedentes del pogromo
Este acto de violencia ocurrió en el contexto del movimiento de independencia de Nagorno Karabaj, que se inició en 1988. La población armenia de Bakú fue golpeada, asesinada y expulsada de la ciudad con el respaldo de las autoridades azerbaiyanas.
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Los días oscuros de Bakú
Del 12 al 19 de enero, grupos criminales recorrieron la ciudad robando, masacrando y golpeando a la población armenia. Las autoridades proporcionaron impunidad y datos de las residencias de las personas de origen armenio, lo que facilitó el pogromo.
Las consecuencias devastadoras
Se estima que hubo entre 48 y 90 víctimas fatales armenias, además de cientos de heridos. Las casas armenias fueron incendiadas y saqueadas, y se reportaron golpizas y torturas contra ancianos y mujeres.
Repercusiones actuales
A día de hoy, los responsables del pogromo de Bakú no han sido llevados ante la justicia y continúan siendo glorificados como héroes en Azerbaiyán. La limpieza étnica contra la población armenia ha continuado en la región, incluyendo en Artsaj.
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El llamado a la paz
Organismos internacionales y la Cancillería de Armenia han instado a Azerbaiyán a reconocer su responsabilidad en los crímenes cometidos contra la población armenia. Se destaca la importancia de erradicar la armofobia y construir un camino hacia la paz sostenible en la región.
El peso histórico del pogromo
Estos eventos han sido señalados como la raíz del conflicto étnico en la región y han sido citados como causa de las guerras en Artsaj. Es vital recordar este doloroso capítulo de la historia para poder trabajar hacia un futuro de convivencia y respeto mutuo.
