La masacre de Maragha: un trágico suceso que marcó a la región de Nagorno Karabaj
El 10 de abril de 1992, hace 31 años, el Ejército de Azerbaiyán perpetró una «brutal masacre planificada de civiles en el asentamiento armenio de Maragha, en la región de Martakert, en Nagorno Karabaj. Este acto de violencia resultó en la limpieza étnica de un pueblo con una población de alrededor de 5.000 habitantes», según comunicó la Cancillería de Armenia en un comunicado.
La trágica cifra de víctimas y el impacto en la región
Más de 50 civiles fueron brutalmente asesinados y un número igualmente alarmante fue capturado, según informes de Human Rights Watch y Amnistía Internacional. El destino de muchos de los cautivos aún es desconocido, lo cual sugiere desapariciones forzadas.
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La masacre de Maragha se sumó a las atrocidades cometidas contra armenios en Sumgait, Kirovabad y Bakú, evidenciando una práctica habitual de crímenes de masa perpetrados por las autoridades de Azerbaiyán por motivos de identidad nacional. Estos actos de violencia han sido continuados a lo largo del tiempo, incluyendo la agresión de abril de 2016 y la guerra de 2020. Durante esta última, decenas de miles de armenios fueron desplazados de Hadrut, Shushí y otras regiones adyacentes.
Violaciones de derechos y continuidad del conflicto
Las autoridades de Azerbaiyán han obstaculizado el retorno de armenios desplazados a Nagorno Karabaj, incluso interrumpiendo el proceso bajo la supervisión de la ONU. Además, han llevado a cabo la ocupación de asentamientos armenios y la destrucción de monumentos y santuarios culturales e históricos, con el objetivo de borrar la presencia armenia en los territorios bajo su control. Estas acciones han sido condenadas por la comunidad internacional.
Un llamado a la acción por la paz y la justicia
En memoria de las víctimas de la masacre de Maragha, es urgente el involucramiento de la comunidad internacional para prevenir futuros crímenes similares. La República de Armenia reafirma su compromiso con la búsqueda de una paz duradera en la región, instando a Azerbaiyán a abandonar políticas extremistas y agresivas en favor de soluciones justas y pacíficas.
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