Armenia
La frontera este de Armenia está cerrada debido al conflicto militar con Azerbaiyán por la disputa en relación a la República de Artsaj. Asimismo, la frontera oeste está bloqueada por el litigio con Turquía, que rechaza el reconocimiento del genocidio del pueblo armenio a principios del siglo pasado. El único paso abierto es con Irán, el socio inevitable de Ereván.
En la geopolítica de la región, un actor relevante es Rusia, que proporciona «un paraguas de seguridad» a Armenia y equilibra su relación con Azerbaiyán para mantener la dependencia de ambos. Además, Rusia y Armenia, junto con otras ex repúblicas soviéticas, conforman la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC). Sin embargo, es importante tener en cuenta que el acuerdo militar solo es aplicable al territorio internacionalmente reconocido de Armenia, lo que significa que no puede intervenir en las hostilidades actuales en Artsaj. Armenia es el garante de la seguridad de la población armenia en Artsaj (Nagorno Karabaj).
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Las relaciones entre Armenia y Turquía han sido históricamente tensas debido al Genocidio Armenio planificado y llevado a cabo por el Estado turco entre 1915 y 1923, negado posteriormente por Turquía a través de su política estatal.
En 1993, Turquía cerró unilateralmente la frontera con Armenia rompiendo relaciones diplomáticas en apoyo a Azerbaiyán, que estaba en guerra con Armenia a partir de la proclamación de la independencia de la República de Artsaj en septiembre de 1991.
En 2008-2009 se intentó normalizar las relaciones diplomáticas entre Armenia y Turquía. Sin embargo, el proceso de normalización no prosperó debido a las condiciones previas impuestas por Ankara y a la fuerte oposición de diversos sectores armenios. En este contexto, el presidente armenio, Serzh Sargsyan, firmó en marzo de 2018 un decreto que anunciaba la anulación de los protocolos armenio-turcos.
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Las relaciones bilaterales entre Armenia e Israel no se han desarrollado de manera sólida a lo largo de la historia. Sin embargo, en septiembre de este año se inauguró la Embajada de Armenia en Tel Aviv. A pesar de ello, debido a las hostilidades por parte de Azerbaiyán, ese proceso se interrumpió y el gobierno armenio decidió llamar a consultas a su Embajador en Israel por la venta de armas a Azerbaiyán.
Las motivaciones de Israel se centran en los grandes intereses geoestratégicos en Azerbaiyán. Por lo tanto, el suministro de equipamiento e inteligencia militar a Bakú por parte de Tel Aviv ha sido constante. Israel mantiene estrechas relaciones con Azerbaiyán, siendo el principal proveedor de armas con ventas por más de 825 millones de dólares, según el Instituto internacional de investigación para la paz de Estocolmo (Sipri).
Irán
La política del régimen iraní es pragmática. Es el único país de la región, después de Rusia, que apoya a Armenia. A pesar de que los azeríes son chiitas al igual que la mayoría de los iraníes, el país persa tiene una minoría azerí que representa alrededor del 20% de la población. Por lo tanto, es probable que, al tomar partido en el conflicto, Irán lo haga por los armenios.
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Azerbaiyán
El pasado 27 de septiembre, Azerbaiyán atacó unilateralmente la República de Artsaj. Este territorio, con más de 3000 años de historia, ha sido históricamente armenio. Azerbaiyán, en alianza con Turquía, se enmarca en un teatro de operaciones e interés de desestabilizar la región. Desde la firma del alto el fuego en 1994, la dinastía Aliyev no ha respetado los acuerdos alcanzados en las negociaciones de la OSCE.
La ofensiva militar de Azerbaiyán se respalda en una sólida estructura militar, bombardeando intensamente objetivos civiles armenios. En el desarrollo del conflicto, la economía mundial se encamina a un posible escenario de crisis, lo que impactaría significativamente en la capacidad del régimen para continuar robusteciendo el potencial militar.