El 24 de abril de 1915 marcó el inicio de un proceso letal para la comunidad armenia en Constantinopla, donde líderes armenios fueron arrestados, torturados y asesinados por el gobierno turco-otomano. Entre ellos se encontraban destacados intelectuales y escritores como Taniel Varuyán, quien fue violentamente detenido y luego asesinado de forma brutal. Por su parte, Kegham Parseghian, Rupén Sevag Chilinguirian, Rupén Zartarian y Atom Hovhannes Yarjanian también fueron secuestrados y ejecutados por sus posturas políticas en defensa de los derechos civiles de los armenios.
En un intento por homogeneizar étnicamente Anatolia, el gobierno turco desató una campaña genocida contra los armenios, eliminando a los líderes intelectuales y forzando a la población a abandonar sus hogares para peregrinar por el desierto, donde fueron brutalmente atacados y sometidos a atrocidades. Este episodio constituye uno de los capítulos más brutales de la Historia Moderna, donde la comunidad armenia se vio desprotegida y masacrada.
Actualmente, el Estado turco niega su responsabilidad en estos hechos, distorsionando la verdad histórica y convirtiendo a las víctimas en victimarios. Recordar y leer las obras de estos escritores armenios masacrados es una forma de preservar la memoria y enfrentar la negación de los crímenes cometidos. Sus escritos, peligrosos para la tiranía y la negación, siguen siendo un legado de resistencia y lucha por la justicia.
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