En los años 60/70, Armenia recibió a repatriados llamados «aghpars» que provenían de países capitalistas y se enfrentaron a la realidad del socialismo soviético. Muchos de ellos, desconcertados por el sistema dominante en Armenia, no lograron integrarse a la sociedad, aislándose en sus hogares.
La llegada a Armenia y la falta de información
Las familias de repatriados creían que al retornar a su patria encontrarían una vida normal, solo para descubrir una realidad muy diferente. A su arribo, se enfrentaron a dificultades básicas de supervivencia y al sistema violento y arbitrario del gobierno soviético.
También te puede interesar
Las barreras empresariales
Los repatriados, muchos de ellos artesanos y empresarios, se encontraron con obstáculos para desarrollar sus actividades comerciales en Armenia. Las leyes restrictivas y la inexperiencia en tratar con la burocracia soviética dificultaron su integración y les impidieron llevar a cabo negocios.
Las leyes no escritas
Las complejas e injustas reglas no escritas del régimen soviético, como las inspecciones de la «división financiera» en los hogares de los artesanos, hicieron que los repatriados vivieran con constante temor y enfrentaran dificultades para trabajar de manera independiente.
La adaptación en el sector privado
Los sirio-armenios lograron una integración más exitosa en Armenia gracias a la facilidad para ejercer actividades comerciales o industriales privadas. El contacto con armenios nativos en el sector privado ayudó a una mejor integración y convivencia.
También te puede interesar
Reflexión final
La falta de prácticas comerciales y la hostilidad del sistema soviético hacia la iniciativa privada impidieron la integración de los repatriados en Armenia y generaron resentimiento y dificultades. La adaptación al sistema dominante resultó ser un desafío insuperable para muchos.
