El autor reflexiona sobre la diversidad de nacionalidades con las que se identifica, destacando la importancia de mantener y desarrollar el dominio de varios idiomas de forma equitativa. Expone la complejidad de la enseñanza del armenio fuera de Armenia y propone métodos de inmersión lingüística para las nuevas generaciones. Destaca la necesidad de incorporar el armenio en la cotidianidad para que se convierta en un idioma real y comunicativo con el entorno.