La imagen de Cuba siempre ha sido percibida como exótica, con hermosas playas, palmeras, ron, habanos y gente disfrutando de la vida. Sin embargo, esta visión no la convirtió en un destino migratorio popular, ya que los migrantes buscaban mejores oportunidades y condiciones para sus negocios. Durante la Colonia, Cuba recibió población de España y África, pero en los siglos XIX y XX no fue un destino principal para la migración europea o de Medio Oriente, siendo Estados Unidos el destino más buscado.
Migración a Cuba
Después de la Primera Guerra Mundial, Estados Unidos implementó leyes migratorias restrictivas y estableció cuotas que limitaban la llegada de inmigrantes de Asia, Mediterráneo y Medio Oriente. Esto provocó que muchos armenios y otros grupos buscaran alternativas, incluyendo Cuba. Desde 1922, emigrantes armenios comenzaron a llegar a Cuba, aprovechando la falta de restricciones en el país. En 1924, el gobierno cubano acordó aceptar a armenios expulsados de Grecia por parte de los Estados Unidos.
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Establecimiento de la comunidad armenia en Cuba
Entre 1923 y 1929, muchos armenios provenientes de Siria, Líbano y Grecia llegaron a Cuba, estableciéndose principalmente en La Habana. Se dedicaron a diversos oficios, como el calzado y la venta ambulante. Algunos lograron abrir sus propios negocios y establecerse en el país, mientras que otros migraron a Estados Unidos en busca de oportunidades.
Instituciones armenias en Cuba
A pesar de no contar con una Iglesia establecida, la comunidad armenia en Cuba logró establecer comités como el Ishkhan en La Habana y el Shant en Las Tunas. También se crearon escuelas, filiales de la Cruz Roja Armenia y asociaciones de compatriotas que mantenían la identidad armenia y los lazos con otras comunidades armenias en el mundo.
Presencia armenia en Cuba
Actualmente se está realizando un censo y documentando la presencia armenia en Cuba con el objetivo de escribir un libro al respecto. Se invita a quienes tengan información, documentos o fotos sobre armenios que hayan vivido en Cuba a contactarse con el autor para contribuir a la investigación.
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Carlos Antaramian
