En febrero de 2023, Ani Mangasaryan presenció el deterioro de su ciudad en Nagorno Karabaj, donde la situación era desesperada. Los suministros escaseaban y su hijo enfermo no recibía la atención necesaria en el hospital. A pesar de algunos alivios momentáneos proporcionados por el CICR, la situación era crítica y los recursos eran insuficientes para cubrir todas las necesidades.
El bloqueo impuesto a Nagorno Karabaj se prolongó durante siete meses, afectando a más de 100,000 habitantes que tuvieron que huir del enclave debido a una invasión relámpago de Azerbaiyán en septiembre de 2023. Esta invasión provocó una crisis humanitaria sin precedentes, donde se evidenció la obstrucción por parte de Azerbaiyán al trabajo del CICR, que intentaba proporcionar ayuda vital en la zona.
La situación se agravó cuando Azerbaiyán impuso nuevas demandas, cuestionando la presencia del CICR en Nagorno Karabaj y proponiendo una ruta alternativa para el abastecimiento de alimentos. Mientras el CICR negociaba con las autoridades azerbaiyanas, la Media Luna Roja de Azerbaiyán se involucraba públicamente, cuestionando la gravedad de la crisis humanitaria en la región.
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33º aniversario de la independencia de Artsaj: una historia de resistencia y retorno.Finalmente, el CICR emitió una declaración pública en la que manifestaba su incapacidad para seguir brindando ayuda, y poco después, Azerbaiyán invadió Nagorno Karabaj, obligando a la población armenia a huir a Armenia. A pesar de la grave crisis humanitaria que se vivió, las autoridades de la Media Luna Roja de Azerbaiyán se mantuvieron alineadas con el gobierno y mostraron poco interés por la situación de emergencia.
