Recuerdo de Lucín
Ecos de una vida compartida
En este momento de dolor, las palabras brotan con melancolía. Recuerdo los días en la escuela, las charlas en el café al terminar la jornada. Lucín me enseñó sobre el alfabeto armenio, compartimos música, soñamos con un viaje a Armenia. Nos maravillamos con las fotos de montañas nevadas y antiguas iglesias. Uno de los momentos más emotivos fue cuando recitó un poema de Hovhannés Grigoryan, sobre el amor a la tierra armenia.
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Su muerte repentina nos tomó por sorpresa. Sus alumnos y colegas le dedicaron sinceras palabras de despedida, recordándola como una excelente docente y una persona excepcional. Sus enseñanzas perdurarán en cada uno de ellos.
El último adiós
Lucín dejó una profunda huella en mi vida. Sus comentarios sobre mi trabajo como escritor fueron invaluable. Ahora, en medio de la tristeza, comparto un poema que escribí, donde la muerte se convierte en un dulce misterio y el recuerdo de Lucín se hace eterno.
Despedida final
Roberto Domínguez
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