En Armenia, el ministro de Educación, Armén Ashotian, generó controversia al enviar a sus hijos a una escuela privada de alto costo, a pesar de afirmar su confianza en el sistema educativo público que él mismo administra. La decisión de inscribir a sus hijos en el colegio Ayb, uno de los más prestigiosos de Armenia con una matrícula anual de cinco mil dólares por estudiante, ha levantado sospechas sobre la veracidad de sus declaraciones de ingresos. Ashotian defendió su elección argumentando que como padre armenio desea lo mejor para la educación de sus hijos, sin desacreditar las escuelas públicas. Aunque su declaración de impuestos refleja un salario anual de menos de cinco mil dólares, recibió críticas por la asignación estatal de 450.000 dólares al colegio Ayb, recomendada por el Ministerio de Educación. Esta situación ha puesto en entredicho la transparencia y coherencia del ministro en su gestión educativa en Armenia.