Testimonios de sobrevivientes: de Armenia a Siria
Escuchar las historias de los abuelos armenios sobre la pérdida de sus hogares, iglesias, hospitales y escuelas en la Armenia histórica, para luego encontrar refugio en Alepo, es parte de la memoria transmitida de generación en generación. Estos relatos de desesperación y muerte se entrelazan con relatos de supervivencia y renacimiento de las familias armenias que lucharon por comenzar de nuevo.
El ciclo de la historia en Siria
Más de un siglo después, la historia se repite en Siria a través de una devastadora guerra que ha destruido hogares, comercios, escuelas y hospitales. Los mismos compatriotas que acogieron a los armenios ahora son apátridas refugiados, enfrentando la dura realidad de la represión y la incertidumbre en países hostiles. La huella de la guerra se extiende a Europa, donde las vidas de los refugiados se ven atrapadas entre alambres de púas y fronteras cerradas.
También te puede interesarHomenetmen: Encuentro literario para liberar historias calladasLa empatía de un nieto de sobrevivientes
Un nieto de armenios sobrevivientes en Alepo se encuentra en Canadá, ayudando a refugiados sirios a comenzar una nueva vida. La gratitud y el deseo de los refugiados por invitarlo a su hogar, a pesar de no saber dónde estará, resuenan en su mente como un eco de la historia pasada. La conexión entre la experiencia de sus abuelos y la de los refugiados actuales lo lleva a reflexionar sobre la condición de «ser armenio de nuestro tiempo».
La devastación de Alepo
El conflicto en Siria alcanza su punto álgido en Alepo, donde las bombas destruyen barrios enteros y con ellos la historia y la cultura de la ciudad. La escuela que una vez fue refugio de aprendizaje y sensibilidad se convierte en escombros, dejando atrás los recuerdos de la infancia y la ira por la destrucción. La realidad de la guerra se impone, haciendo evidente la contradicción entre el valor de la vida humana y la destrucción indiscriminada causada por la megalomanía de algunos.
El impacto en la educación y la sensibilidad
Los colegios, destinados a enseñarnos y desarrollar nuestra sensibilidad, se convierten en blanco de la guerra, demostrando cómo el aprendizaje puede elevarnos al espacio exterior o sumergirnos en la oscuridad de las bombas y la destrucción. La calle desolada y la puerta destruida de la escuela nos confrontan con la pérdida de un lugar que una vez fue el hogar del conocimiento y el crecimiento personal.
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