A pesar de las presiones y amenazas, el Comité Olímpico Nacional Armenio decidió participar en los Juegos Europeos que se celebran en Bakú, a pesar de la preocupación por la seguridad de los atletas armenios. Esta decisión fue tomada luego de acalorados debates, donde algunos se oponían a competir en un país enemigo y en conflicto con Armenia. A pesar de que muchos deportistas y entrenadores rechazaron participar, una delegación de unos treinta deportistas viajó a Azerbaidján.
El Embajador de EE.UU apoya la decisión
Antes de la partida, el embajador de los Estados Unidos en Armenia elogió la valiente decisión del gobierno armenio y les deseó suerte en las competencias. Sin embargo, muchos temían por la seguridad y la hostilidad que enfrentarían en Bakú, ya que el régimen autoritario azerí podría utilizar los juegos para promover su imagen internacional.
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Incidentes durante la ceremonia de apertura
En la ceremonia de apertura, la delegación armenia fue recibida con abucheos y silbidos por parte de los espectadores en el Estadio Olímpico de Bakú. La televisión azerí minimizó la presencia de Armenia, ignorándola completamente.
Competir en medio de un ambiente hostil
Los atletas armenios compiten en un entorno hostil, enfrentando amenazas, gestos de muerte y siendo escoltados por seguridad en todo momento. La delegación está bajo presión constantemente, con atletas acompañados por guardaespaldas y con un autobús rodeado de vehículos de seguridad.
Experiencia previa de un luchador armenio
Artak Margaryan, un luchador nacido en Armenia que ahora compite por Francia, ha vivido experiencias previas de hostilidad en Bakú durante competencias anteriores. A pesar de representar a otro país, Margaryan siente temor por la actitud del pueblo azerí y recuerda episodios de violencia contra luchadores armenios en eventos pasados.
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